09/12/2020
Instalaciones eficientes para conseguir un aislamiento térmico y acústico
Una instalación eficiente es importante para conseguir un aislamiento térmico y acústico
El sector de la edificación consume un 31% del total de energía en España. Un porcentaje que podría ser mucho más bajo, ¿cómo? Empleando un aislamiento adecuado para muros, cubiertas y ventanas.
Reducir esa pérdida de energía debe ser una prioridad para la construcción para lograr ser sostenible. Es la forma de conseguir un menor consumo energético y, por lo tanto, de aumentar la calidad de vida de los inquilinos y de cuidar el medio ambiente.
Es importante invertir en sistemas de aislamiento térmico y acústico de calidad
El principal problema del alto consumo energético de los edificios es la falta de aislamiento en cubiertas, muros y ventanas. Para prevenir este derroche de energía necesitamos lograr un aislamiento térmico que consiga que el clima en el interior se mantenga a la temperatura deseada y que no se escape ni el frío ni el calor.
También es importante garantizar la ausencia de puentes térmicos. El flujo de aire no deseado es responsable de pérdidas de aire y de condensaciones. Y nadie quiere humedades como elementos decorativos de ninguna habitación.
Además, de nada sirve comprar puertas y ventanas de calidad si no se invierte también en materiales que garanticen una buena instalación. El resultado sería similar al de dejar siempre una ventana abierta. La estancia quedaría expuesta a humedades, hongos, corrientes de aire y condensaciones, entre otros problemas. Por no mencionar que una puerta o una ventana que estén mal selladas pueden provocar hasta un 21% de pérdida de energía.
Los tres niveles del aislamiento de ventanas
A la hora de planificar el aislamiento de ventanas, tanto de una obra nueva como de una reforma, es necesario conocer que existen tres niveles sobre los que actuar. El nivel interior, encargado de proteger la temperatura de las estancias de las altas o bajas temperaturas del exterior. Aquí lo más importante es evitar que el aire húmedo se cuele en la estancia y, por otro lado, evitar las pérdidas de energía.
El nivel central, donde cobra especial relevancia el aislamiento acústico además del térmico. Lo más importante es que esta área permanezca seca y que no se formen condensaciones por culpa de la lluvia. No es algo que tomarse a broma. Un 5% de la humedad puede reducir el aislamiento hasta un 50%.
Y, por último, el nivel exterior, donde se debe garantizar una protección segura contra la intemperie y los agentes climáticos como el viento o la lluvia. De nada serviría todo lo anterior si no conseguimos un buen aislamiento contra lo que ocurre al otro lado de los muros, cubiertas y ventanas sobre los que trabajamos.
¿Qué podemos utilizar para garantizar el aislamiento térmico y acústico?
Como te puedes imaginar, ya que su nombre no deja espacio al misterio, el sistema de aislamiento tres barreras de Quilosa actúa sobre estos tres niveles. Se trata de una cinta autoexpansiva que cumple con todas las funciones requeridas. Podría decirse que es un tres en uno que facilita la instalación y garantiza un aislamiento eficaz.
Sin embargo, no es el único producto de Quilosa que cumple con estos objetivos. La espuma Ultra Fast 70 permite una instalación de ventanas eficiente en apenas hora y media, contando con el tiempo de curado, mientras que otras espumas del mercado necesitan un día completo.
Por no hablar de N25, el sellador de silicona neutra de altas prestaciones que permite sellar de forma eficiente a cualquier material poroso y no poroso, con máxima elasticidad al mismo tiempo que garantiza el aislamiento térmico y acústico de la construcción. Este sellador está disponible en una gran variedad de colores incluidos RAL para que puedas instalar la ventana más colorida que te puedas imaginar.
Cualquiera de estos productos nos ayudará a conseguir nuestros objetivos: garantizar el aislamiento de la construcción, aumentar la calidad de vida de los inquilinos y de cuidar el medio ambiente.