08/02/2021
¿Cómo puedo garantizar el aislamiento térmico de las cubiertas inclinadas o planas?
Las cubiertas son estructuras de cierre superior – a las que comúnmente llamamos tejados- cuya función fundamental es proteger al edificio y a los inquilinos contra los agentes climáticos y otros factores, así como favorecer al aislamiento térmico de la cubierta. Suele distinguirse en dos clases: la cubierta inclinada (dentro de la existen varios tipos) y la cubierta plana. La diferencia entre ambos, como ya te puedes imaginar, es su inclinación respecto al plano del suelo.
Para saber cuál es la mejor opción para cada proyecto, se tendrán que tener en cuenta aspectos como el diseño del edificio, el entorno sobre el que se construye o el clima de la zona. Esto último cobra especial importancia con las lluvias o con las altas y bajas temperaturas. Sigue leyendo, te contamos por qué.
Ventajas de las cubiertas inclinadas y las cubiertas planas para el aislamiento térmico
Las cubiertas inclinadas son aquellas que cuentan con una pendiente superior al 10%. Son las cubiertas a dos aguas, a cuatro aguas, la cubierta holandesa, … La principal ventaja de este tipo de cubiertas frente a las cubiertas planas es su facilidad a la hora de evacuar el agua de lluvia. Digamos que la gravedad trabaja más a su favor. Las cubiertas inclinadas son, además, ideales para la instalación de placas solares.
Por otro lado, las cubiertas planas pueden ser transitables, es decir, puedes ser utilizadas por los inquilinos o usuarios como azoteas, terrazas o jardines, entre otras opciones. En relación con la construcción sostenible, pueden convertirse en cubiertas vegetales. Los conocidos como techos verdes presentan numerosos beneficios. Además de favorecer el aislamiento térmico y acústico del interior del edificio y su consiguiente mejora de la eficiencia energética, ayudan a reducir la contaminación de las ciudades y mejoran la calidad del aire.
Este tipo de cubiertas necesitan contar con materiales de última generación –un ejemplo serían los revestimientos como COOL-R – que favorezcan su impermeabilización para no verse rápidamente dañadas por el efecto del agua en caso de lluvias, además de ser soluciones sostenibles con el medio ambiente. Pese a que es necesario garantizar el aislamiento en ambos tipos de cubierta, esto gana especial importancia en las planas, donde el agua se puede quedar estancada sobre la superficie, lo que puede llegar a propiciar la aparición de goteras y afectando a su vida útil -que normalmente es de unos 10 a 15 años.
Apuesta por las cubiertas frías
Hoy contamos con soluciones innovadoras que permiten atajar el problema de la lluvia y de la temperatura al mismo tiempo: las cubiertas reflectantes conocidas como ‘techo frío’ que, además, favorecen la eficiencia energética de la construcción.
Una de las opciones más efectivas es el revestimiento COOL-R. Se trata una membrana impermeable altamente reflectante (refleja el 85% de los rayos de sol) y con una alta emisividad. Propiedades que permiten mantener la cubierta a una temperatura baja al reflejar el calor y los rayos de sol. Además, pese a que es material de poco grosor, también es eficaz contra la lluvia.
El revestimiento COOL-R consigue que la cubierta mantenga una temperatura estable, reduciendo el gradiente térmico, lo que contribuye a mejorar el bienestar térmico de todo el edificio y, consecuentemente, a un menor gasto en climatización y un mayor cuidado del medio ambiente.
Ahora ya sabes cómo montar una buena azotea sin que el sol o las tormentas sean un obstáculo. Apuesta por las cubiertas frías y ahorra en preocupaciones, dinero y emisiones.
Fuentes: Construmática, Procomo, e-ficiencia, Centro Informativo de la Construcción